
Que no hay monstruos en el armario, ni los reyes magos te vigilan para ver todo lo malo que haces
Sé que los malos son muy malos, y los buenos no son tan buenos.
Créeme, que he aprendido que los conciertos están para dejarse los pies, y la voz
Que los besos a escondidas saben mejor
Que el mundo está plagado de personas agradables, y a la vez, de personas que no merecen ser llamadas personas
Ahora sé que no hay calcetines para el pie izquierdo, ni para el pie derecho
Que los tacones a las cinco de la mañana en una fiesta, ya no están en los pies
Que las medias se rompen muy fácilmente, y que el pintalabios rojo no se borra de las camisas blancas
Y lo más importante, sé que de siete días a la semana, yo te quiero ocho.